La adrenalina ayuda a liberar dopamina en el sistema nervioso, y esto nos proporciona una sensación muy placentera. Y si a eso le sumamos el sexo, la experiencia es el doble de satisfactoria.
Según publica una conocida revista, los amantes del riego tienen una baja actividad del gen DRD4 que se encuentra en el cromosoma 11, que es el que el implicado en los flujos cerebrales de la dopamina, y uno de los neurotransmisores que estimulan el placer.
La baja actividad de este gen hace que la dopamina tenga menos efecto, por eso se busca asumir diferentes riesgos para estimular el placer.
Por lo que, si eres de los que te gusta asumir riesgos durante tus relaciones sexuales, es probable que tengas una baja actividad del gen DRD4. A riesgos nos referimos a practicar sexo en situaciones complicadas, como por ejemplo en un probador, en la playa o masturbar a tu pareja durante una comida familiar.
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