No podía aguantar más el pipí y esta mujer se puso a mear en una escalera descuidando su bolso. Una audaz ladrona la vió y le robo el bolso saliendo pitando. La meona, se levantó e intento perseguirla pero claro, con los pantalones bajados y sin haber acabado aún de mear no pudo atraparla.
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